Viaje literario

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Se propuso la meta de no parar hasta terminar de leer la pila de libros del escritorio los cuales había postergado por meses. Era uno de esos fines de semana largos en donde no tenía planes que lo distrajeran y estaba muy decidido. Arrimó su silla, acomodó la espalda y abrió abrió el primer libro: Capítulo uno.

Sus ojos no paraban de recorrer las letras y su cerebro inició un extenuante trabajo de imaginación que lo llevó desde la sorpresa, hasta los inauditos límites de la cordura. No comió ni bebió, llevó su cuerpo al verdadero extremo. Pasaron minutos, horas, días y entonces perdió completamente la noción del tiempo. Viajó por valles, praderas, galaxias, mundos, conoció a otros seres y vivió muchas aventuras.

Para cuando volvió a la tierra y concluyó el último libro, ya no podía distinguir entre la realidad y la fantasía. Habían pasado meses. Escuchó en la radio que un virus se multiplicaba en el ambiente, nadie quería salir de su casa, se evitaba el contacto físico a toda costa, se obligaban a usar mascarillas. Él detuvo al primer transeúnte y le preguntó ¿disculpe, en qué novela estamos?


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