Si eres un ser que has nacido sin alas y tienes limitado el placer de volar para ver el mundo desde otra perspectiva; irremediablemente sentirás, en algún momento de la vida, el impulso de dejar este mundo.
Espero que este inusitado deseo provenga de un buen motivo; pero ¡vamos! Sabemos que la vida no es tan benevolente y nos llevará por caminos indeseados con el fin de ponernos a prueba.
No importa si es por un momento o para la eternidad; a todos ellos, a los que desean dejar este mundo, les escribo este breve y reconfortante instructivo:
1. Prepara el viaje…
Es importante dar unos pasos hacia atrás antes de tomar impulso. Para preparar tu viaje deberás simplemente observar. Por un momento detén todo y observa… ¿Que hay afuera? La realidad, en ciertas ocasiones puede ser pesada y llena de caos. Ayuda pensar en los aguijones de las abejas. Dan miedo y duelen, pero son tan minúsculamente perfectos y necesarios para la vida que son admirables.
2. Reúne el equipaje…
Aquello que nos llevaremos es lo que tiene más valor y que difícilmente te robarían, pues no sabemos a qué te vas a enfrentar una vez emprendido el viaje. ¿El recuerdo de quién, es el más valioso? ¿Quién le pone sal a tu vida? ¿En realidad qué tan valioso es aquello que consideras valioso?
3. Irremediablemente extrañarás este mundo…
No importan los pasos que hayas dado en este mundo. Buenos y malos los extrañarás todos. Echarás de menos la comida salada, el cansancio extremo, las mañanas frías y los viajes incómodos. Las personas que te hacían enojar y hasta el daño que tú mismo te hacías. Los sabores desabridos, los olores desagradables, los sonidos irritantes. Si estás dispuesto a tomar ese riesgo, puedes marcharte.
4. El transporte es importante…
Hay transportes de una sola vuelta, duelen, saben amargos, son el escape perfecto y no son placenteros. Cualquiera los puede tomar, no necesitas nada, ni siquiera seguir este instructivo.
Por el otro lado, hay grandes y sublimes transportes que te darán una nueva y asombrosa perspectiva. Éstos, están reservados para quienes tienen ojos, corazón, alma y espíritu bien abiertos.
5. Llegó la hora, emprende el viaje…
No todo es perfecto al principio. Tal vez te puedas sentir un poco torpe, son los efectos secundarios. ¡No te preocupes! Si has llegado hasta aquí, si de verdad has dado el primer paso, has pasado lo más difícil… Estás ya fuera de este mundo.