Últimamente me gusta hurdir mis escrúpulos de manera ufana.
Usted que a ultranza última como un truhán, subestima la usura de su buenaventura.
Súbita curiosidad ungida de ultratumba, que desde el púlpito urge a un ultimátum.
Turbio rumbo que ha cambiado a un buen curso durante tus pulsantes pasos.